El cumplimiento en ciberseguridad: una nueva urgencia para las empresas argentinas

 


ManageEngine presenta soluciones para abordar los desafíos regulatorios y de protección digital en un contexto de amenazas crecientes, normativas más exigentes y transformación tecnológica acelerada.


Frente al crecimiento acelerado de amenazas cibernéticas y una agenda regulatoria más exigente, el cumplimiento en ciberseguridad se ha convertido en una prioridad impostergable para las empresas argentinas. De acuerdo con un reciente informe de ManageEngine, el 61% de las organizaciones del país experimentaron brechas de seguridad en el último año, y el 29% enfrentó pérdidas económicas directas por ataques.


Además, el uso de IA generativa por parte de cibercriminales está en aumento. El 47% de los profesionales de seguridad en Argentina ya ha detectado su uso en intentos de ataque, mientras que el 92% cree que la inteligencia artificial será clave para la defensa empresarial en 2025.


A nivel regulatorio, Argentina avanza con su Segunda Estrategia Nacional de Ciberseguridad (2023–2028), que refuerza la necesidad de proteger infraestructuras críticas, desarrollar capacidades técnicas y promover la colaboración público-privada. En paralelo, se debate la actualización de la Ley 25.326 de Protección de Datos Personales, con el objetivo de alinearla a estándares internacionales como el GDPR europeo.


Esto plantea un nuevo escenario donde las empresas deben no solo adaptarse, sino anticiparse, integrando el cumplimiento como parte de su estrategia de negocio. “Hoy, cumplir no es solo evitar sanciones: es mantener la confianza, atraer inversión y garantizar continuidad operativa”, afirman desde ManageEngine.


Frente a los desafíos actuales en ciberseguridad y cumplimiento, las organizaciones en Argentina deben adoptar un enfoque integral que combine procesos claros, cultura preventiva y herramientas tecnológicas adecuadas. Algunas de las prácticas más recomendadas incluyen:


  • Auditar accesos y detectar incidentes en tiempo real, para mejorar la trazabilidad y capacidad de respuesta ante amenazas.
  • Automatizar procesos y reportes, facilitando el cumplimiento de auditorías internas y externas de forma eficiente.
  • Centralizar la gestión de identidades, políticas de acceso y dispositivos, especialmente en entornos con trabajo híbrido o remoto.
  • Aplicar modelos de seguridad Zero Trust y reforzar la protección de la cadena de suministro digital, mitigando riesgos derivados de terceros.

Estas medidas pueden implementarse con soluciones flexibles y escalables, adaptadas al tamaño y madurez tecnológica de cada organización. Contar con plataformas que unifiquen estas capacidades en un mismo entorno puede facilitar la operación diaria y fortalecer la postura de seguridad a largo plazo.


Aunque el 94% de las empresas en Argentina ofrece formación en ciberseguridad, los errores humanos siguen siendo la principal causa de incidentes, según ManageEngine. Por eso, es fundamental que las organizaciones fortalezcan una cultura preventiva, promoviendo la concientización y la capacitación continua en todos los niveles, más allá de las áreas técnicas.


“La verdadera transformación digital no solo se trata de adoptar nuevas tecnologías, sino de hacerlo de forma segura y sostenible. El cumplimiento en ciberseguridad es parte de esa evolución”, concluyen desde la compañía.

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