El uso del escaneo de iris para la verificación de identidad en sitios y redes sociales plantea numerosas preocupaciones de privacidad y seguridad, muchas de ellas consideradas críticas por expertos y autoridades en protección de datos.
1. Pérdida de control sobre los datos biométricos
A diferencia de contraseñas o tarjetas, los datos biométricos como el iris no pueden cambiarse si se ven comprometidos. Una vez que estos datos están en manos de terceros, es imposible recuperarlos o protegerlos completamente.
Si la base de datos es hackeada o los datos se venden a terceros, el usuario pierde el control absoluto sobre una de sus características más personales y permanentes.
2. Riesgo de suplantación de identidad
Los datos biométricos pueden ser utilizados para acceder a cuentas, servicios o incluso para cometer fraudes. A diferencia de otros datos, el iris no puede ser modificado, lo que incrementa el riesgo de suplantación de identidad en el largo plazo.
3. Vulnerabilidad a hackeos y filtraciones
Aunque las tecnologías biométricas son difíciles de falsificar, no son inmunes a los ciberataques. Un acceso no autorizado a la base de datos podría tener consecuencias devastadoras para la privacidad de los usuarios.
4. Uso indebido y falta de transparencia
Existe preocupación sobre el uso no legítimo de los datos biométricos, como su utilización para vigilancia masiva, control social o entrenamiento de algoritmos de inteligencia artificial sin el consentimiento claro del usuario.
Algunas empresas combinan el hash del iris con información personal como el número de teléfono, lo que aumenta el riesgo de identificación y seguimiento.
5. Consentimiento insuficiente o poco claro
El consentimiento para recolectar y procesar datos biométricos debe ser explícito, informado y específico. Sin embargo, muchos usuarios no comprenden plenamente las implicancias de entregar estos datos ni las opciones disponibles sobre su uso y almacenamiento.
En el caso de menores, el consentimiento debe ser otorgado por los padres o tutores legales, pero existen dudas sobre la efectividad de estos controles en la práctica.
6. Normalización y riesgos sociales
La adopción masiva de tecnologías de escaneo de iris puede normalizar prácticas invasivas y erosionar la percepción pública sobre la importancia de la privacidad, facilitando la aceptación de tecnologías aún más intrusivas en el futuro.
Además, puede exacerbar la desigualdad tecnológica, ya que comunidades vulnerables podrían verse forzadas a aceptar estas tecnologías sin comprender los riesgos.
7. Riesgos regulatorios y legales
El tratamiento de datos biométricos está especialmente regulado y su mal uso puede conllevar sanciones. Varias autoridades europeas han iniciado investigaciones y, en algunos casos, han ordenado la eliminación de datos recolectados sin las garantías adecuadas