No se trata solo de ver una película o una serie. Hoy, prender la televisión es entrar en una experiencia sensorial cada vez más sofisticada, muchas veces orquestada por tecnologías que trabajan en silencio, detrás de escena, para que el resultado final sea puro disfrute.
Cuando la imagen impacta, cuando el sonido envuelve, cuando los negros son verdaderamente negros y los colores parecen salir de la pantalla, rara vez pensamos en por qué se ve así. Pero hay un universo de innovación detrás de cada detalle, desde el tipo de retroiluminación hasta el nivel de procesamiento que ocurre en tiempo real con cada escena.
En este contexto, las pantallas QLED se destacan por algo que quizás no se nota de inmediato: la precisión con la que muestran la realidad. Parte de ese mérito está en su corazón tecnológico: la tecnología Quantum Dot, la cual posee una rica historia de desarrollo que ha llevado a su perfeccionamiento. Descubiertos a principios de los años 80, estos nanocristales fueron investigados por su capacidad única de emitir luz de colores puros, un avance tan significativo que sus descubridores fueron reconocidos con el Premio Nobel de Química en 2023. Samsung, por su parte, comenzó a investigar estos puntos cuánticos en 2005 y dedicó esfuerzos considerables a su perfeccionamiento para aplicaciones en televisores. Esto incluyó el desarrollo de puntos cuánticos libres de cadmio, un material tóxico presente en televisores de otras empresas, lo que garantiza la seguridad del usuario y se alinea con el compromiso de la marca de utilizar equipos sin materiales tóxicos y con la sustentabilidad de los productos.
La clave para aplicar con éxito esta tecnología en televisores fue optimizar su eficiencia, mejorar la pureza del color y, sobre todo, aumentar su durabilidad frente a factores como la oxidación. Gracias a estos avances —y al uso de partículas nanométricas inorgánicas— los televisores QLED de Samsung logran reproducir el 100% del volumen de color con brillo y fidelidad excepcionales, incluso en ambientes muy iluminados, manteniendo además una vida útil más prolongada.
Y cuando se trata de contraste y definición, los televisores que integran Mini LED —una evolución del LED tradicional con miles de puntos de luz microscópicos— logran un control más preciso de la iluminación. ¿El resultado? Oscuridad sin halos molestos, brillo donde realmente importa y escenas que parecen pensadas para una sala de cine, incluso cuando estás en el living de tu casa.
El resultado de esta dedicación a la innovación y al entendimiento de las necesidades del usuario se manifiesta en el dominio de Samsung como líder en el mercado de televisores. Gracias a una trayectoria de mejoras continuas en calidad visual, inteligencia y sustentabilidad, la marca ha mantenido su liderazgo global de forma ininterrumpida durante 19 años, demostrando el impacto de su búsqueda por una experiencia audiovisual cada vez más perfeccionada y “invisible”.
Así, mientras el usuario disfruta de sus contenidos, el televisor también “piensa”, analiza, optimiza y protege. Todo sucede en segundo plano, de forma automática. Así, en los tiempos que corren, eso se vuelve un verdadero lujo invisible.