Tinder exigirá verificación facial obligatoria para nuevos usuario

 

A partir del 30 de junio de 2025, quienes deseen crear un perfil en Tinder deberán someterse a un proceso obligatorio de verificación facial. La nueva política, anunciada por la empresa matriz Match Group, forma parte de un plan más amplio para reducir la suplantación de identidad y aumentar la confianza entre los usuarios de la popular app de citas.


La implementación estará basada en tecnología desarrollada por FaceTec, una firma especializada en autenticación biométrica. Su sistema crea mapas faciales en 3D a partir de cámaras 2D comunes y, según la compañía, ofrece una precisión líder en la industria con una tasa de aceptación falsa de 1 en 12,8 millones y una tasa de rechazo falsa inferior al 1%. Además, incluye detección de vitalidad para asegurar que la persona está físicamente presente, y no se trata de una imagen o un deepfake.


Una “cadena de confianza” contra perfiles falsos

El nuevo proceso consiste en grabar una videofoto que verifica la vitalidad del rostro, compara la selfie del usuario con su documento de identidad, analiza el texto mediante OCR y revisa si la credencial ha sido manipulada. También escanea posibles inscripciones duplicadas. Según Tinder, este sistema crea una "cadena de confianza" desde el registro inicial hasta la autenticación continua.


La medida responde a una preocupación creciente: el uso de perfiles falsos, bots y técnicas de engaño cada vez más sofisticadas en aplicaciones de citas. Para Tinder, se trata de proteger a los usuarios, mejorar la calidad de las interacciones y desalentar el comportamiento malicioso. En paralelo, Match Group ya había ofrecido la verificación facial como una función opcional, pero esta es la primera vez que se vuelve obligatoria en una jurisdicción concreta.


Privacidad en el centro del debate

Sin embargo, el nuevo requisito despierta cuestionamientos en materia de privacidad. La Ley de Privacidad del Consumidor de California (CCPA) considera los datos biométricos, como los patrones faciales, como "información personal sensible". Esto implica obligaciones legales estrictas para Tinder, incluyendo informar claramente cómo se recopilan, utilizan y almacenan estos datos, y obtener el consentimiento explícito del usuario.


Aunque Tinder afirma que no conserva los datos biométricos y que estos se generan solo al momento de la verificación, la ley exige medidas de seguridad “razonables” y da a los consumidores derechos como solicitar la eliminación de sus datos o negarse a su uso con fines comerciales. De no cumplir, la empresa podría enfrentar demandas con sanciones que van de 100 a 750 dólares por usuario afectado en caso de violaciones.


Verificación no es vigilancia

A diferencia de los sistemas de identificación facial, que buscan reconocer a una persona comparándola contra una base de datos (como ocurre en entornos de vigilancia), Tinder aplicará un sistema de verificación facial. En este caso, el objetivo es confirmar que el usuario es quien dice ser, comparando su selfie con su foto de perfil y documento.


Según especialistas, esta diferencia es clave. Los sistemas de verificación suelen ser más respetuosos de la privacidad y están diseñados para usos personales, como desbloquear un teléfono o ingresar a una cuenta. Aun así, el uso de tecnología biométrica siempre implica una tensión entre seguridad y privacidad, especialmente en plataformas que manejan información sensible y datos personales de millones de personas.


Por ahora, la medida aplica solo a nuevos usuarios en California, pero podría extenderse a otras regiones dependiendo de su efectividad y recepción. El experimento será observado de cerca, tanto por defensores de la seguridad digital como por organizaciones que velan por los derechos de privacidad en internet.

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