Un experimento reciente en computación cuántica volvió a poner en alerta a la industria de las criptomonedas. El ingeniero Steve Tippeconnic logró descifrar una clave criptográfica de seis bits mediante la computadora cuántica ibm_torino de 133 qubits, un logro que, aunque limitado en escala, evidencia el progreso de la tecnología cuántica y su potencial impacto futuro sobre la seguridad digital.
Tippeconnic había roto previamente una clave de cinco bits en julio de este año. En esta ocasión, ejecutó un ataque inspirado en el algoritmo de Shor, empleando un circuito cuántico con más de 340.000 capas, para calcular la clave privada a partir de la ecuación de clave pública sin necesidad de codificar directamente el valor secreto.
Un hito técnico, no una amenaza inmediata
Si bien la demostración demuestra avances en hardware cuántico y algoritmos, los expertos aclaran que no representa un riesgo real para las criptomonedas actuales. Una clave de seis bits equivale a solo 64 combinaciones posibles, algo que podría resolverse manualmente. Por su parte, sistemas como Bitcoin y Ethereum utilizan ECC-256, con un nivel de complejidad astronómicamente superior.
Sin embargo, el logro se considera un paso importante hacia el desarrollo de ataques cuánticos de mayor escala. Pierre-Luc Dallaire Demers, fundador de Pauli Group, comentó: “Estos experimentos muestran que es posible expandir gradualmente la capacidad de los ataques cuánticos. El verdadero desafío será integrar corrección de errores y operaciones de aritmética modular para atacar claves de gran tamaño”.
La mirada de los reguladores
El experimento llega en un momento de creciente preocupación regulatoria. La SEC está revisando un documento de 74 páginas denominado Marco de Infraestructura Financiera Post-Cuántica (PQFIF), que advierte sobre la posibilidad de que las computadoras cuánticas rompan la criptografía actual en los próximos años. El marco introduce el concepto de “Día-Q”, cuando las máquinas cuánticas puedan vulnerar la seguridad de los activos digitales, estimado por algunos expertos para 2028.
Una de las alertas que plantea el documento es el riesgo de ataques de “Cosechar Ahora, Descifrar Después”, en los que los datos cifrados hoy podrían ser almacenados para ser descifrados cuando la capacidad cuántica lo permita.
Preparativos de la industria
Algunos actores del ecosistema cripto ya adoptan medidas preventivas. Por ejemplo, El Salvador dividió recientemente su tesorería de más de 6200 Bitcoin en varias direcciones para minimizar riesgos de exposición futura. Asimismo, bancos como HSBC exploran la criptografía post-cuántica en proyectos de tokenización de activos, incluyendo metales preciosos.
Aunque las computadoras cuánticas actuales aún no amenazan la seguridad de sistemas como Bitcoin, el experimento de Tippeconnic evidencia que la tecnología avanza rápidamente y refuerza la necesidad de estrategias preventivas. Vitalik Buterin, cofundador de Ethereum, había advertido que existe una probabilidad significativa de que la criptografía moderna quede obsoleta ante la computación cuántica antes de 2030.
La industria cripto y los reguladores enfrentan ahora el desafío de prepararse para un futuro donde la seguridad digital podría requerir soluciones resistentes a la era cuántica.
