La carrera por la energÃa nuclear lunar está en marcha. La NASA planea llevar un reactor nuclear de 100 kilovatios a la superficie lunar antes de fines de 2029, un objetivo que enfrenta enormes desafÃos técnicos y una competencia directa con China y Rusia, que también exploran la posibilidad de instalar energÃa nuclear en la Luna para sus futuras bases.
La iniciativa, impulsada por el administrador interino de la NASA, Sean Duffy, busca crear un sistema capaz de proporcionar energÃa constante, algo que la energÃa solar no puede garantizar durante la larga noche lunar de dos semanas. Un reactor de este tipo podrÃa alimentar un pequeño asentamiento lunar durante aproximadamente una década, facilitando experimentos cientÃficos, minerÃa, turismo espacial y futuras colonias.
La importancia de la energÃa nuclear lunar
Expertos como Bhavya Lal, exfuncionaria de alto rango en tecnologÃa de la NASA, destacan que la energÃa nuclear permitirá desarrollar asentamientos permanentes en la Luna, habilitando misiones que van más allá de los programas tradicionales de exploración. Steven Sinacore, ejecutivo de la NASA para el programa de energÃa nuclear en superficie, afirma que “la energÃa nuclear es crucial para establecer operaciones continuas en la Luna y más allá, incluyendo Marte”.
Retos técnicos: construcción y operación en la Luna
Construir un reactor en la Tierra ya es complejo; hacerlo en la Luna presenta desafÃos adicionales. La falta de atmósfera y cuerpos de agua obliga a diseñar radiadores gigantes para disipar el calor y blindaje pesado para proteger a los astronautas y el entorno lunar.
La entrega del reactor requerirá cohetes potentes y un vehÃculo de aterrizaje especializado, capaz de llevar hasta 15 toneladas métricas a la superficie lunar. Esto supone un gran salto frente a los aterrizajes actuales, donde empresas como Firefly Aerospace han depositado solo una décima parte de esa masa en misiones previas.
Seguridad y regulación
La seguridad es un factor crÃtico. Los reactores lunares no estarán activos durante el lanzamiento y contarán con mecanismos de bloqueo que impiden que el proceso de fisión se inicie hasta llegar a la superficie. Algunos diseños emplean pebbles de uranio recubiertos, que contienen mejor el combustible en caso de accidente.
Sin embargo, no existen normas claras sobre zonas de seguridad en la Luna, lo que plantea preguntas técnicas y geopolÃticas: ¿Qué distancia serÃa suficiente entre reactores de distintas naciones? ¿Cómo se coordinarÃa con China o Rusia? Aunque el Tratado del Espacio Exterior de 1967 regula en términos generales la actividad internacional en el espacio, deja muchos detalles sin definir.
Escala y perspectivas futuras
La energÃa nuclear en el espacio no es nueva: reactores pequeños han alimentado sondas y experimentos breves. Pero un reactor lunar de 100 kilovatios requerirá 100 veces más potencia que los prototipos previos, lo que implica desafÃos de ingenierÃa sin precedentes. Expertos como Koroush Shirvan, profesor del MIT especializado en reactores nucleares avanzados, destacan que “el sistema de energÃa será una parte muy masiva de toda la tecnologÃa” necesaria para misiones sostenidas en la Luna.
Competencia internacional
China y Rusia planean instalar energÃa nuclear en la Luna a mediados de la década de 2030, posiblemente para apoyar bases lunares propias. La NASA teme que un reactor rival pueda crear zonas de exclusión en la superficie lunar, dificultando la expansión estadounidense y ofreciendo ventajas estratégicas a competidores.
Este proyecto combina desafÃos técnicos, riesgos de seguridad y consideraciones geopolÃticas, marcando un paso clave en la exploración espacial del siglo XXI y en la carrera por establecer una presencia humana permanente más allá de la Tierra.