Las agendas apretadas, las distancias y los tiempos de espera hacen que acceder a una consulta médica oportuna sea, para muchas personas, una tarea cada vez más difícil. Conseguir un turno presencial que encaje en la rutina diaria puede convertirse en una misión imposible, y así, un tema prioritario como la salud termina postergándose.
Sin embargo, la tecnología está cambiando ese panorama. Las plataformas de telemedicina y teleconsultas no solo agilizan el acceso a profesionales de la salud, sino que también promueven un enfoque más preventivo y accesible del bienestar.
Un fenómeno impulsado por la tecnología y la necesidad
La pandemia de COVID-19 fue el punto de inflexión que aceleró un proceso que ya venía en marcha: la digitalización de la salud. Según un informe de Mordor Intelligence, el mercado global de telemedicina, estimado en USD 172.440 millones en 2024, alcanzará los USD 330.260 millones en 2029, con un crecimiento anual del 13,88%.
Lo que comenzó como una respuesta a la emergencia sanitaria se consolidó como un cambio estructural. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la telemedicina mejoró el acceso a la atención primaria en un 40% en zonas rurales, y redujo los traslados innecesarios a hospitales en un 30%, optimizando recursos sanitarios. En países extensos como Canadá o Australia, logró reducir en un 50% la necesidad de desplazamientos de pacientes crónicos.
Incluso en entornos urbanos, donde los sistemas de salud suelen estar saturados, estas plataformas permiten acceder a especialistas más rápido, sin depender de la proximidad geográfica ni del tiempo disponible. Un estudio de Harvard (2021) demostró que el monitoreo remoto de enfermedades crónicas como la diabetes o la hipertensión redujo en un 25% las hospitalizaciones en comunidades rurales de Estados Unidos.
La prevención como eje central
Más allá de la comodidad, la telemedicina tiene un impacto directo en la prevención. “Podemos jugar un papel fundamental en la prevención. Al tener la solución al alcance de la mano, es muy probable que más personas sean proclives a realizar una consulta por molestias que de otro modo dejarían pasar”, explica Víctor Dosoretz, CEO de Briut Salud, una plataforma argentina que ofrece servicios de telemedicina.
La posibilidad de acceder a una consulta inmediata permite atender síntomas leves antes de que se agraven. Esto resulta clave en especialidades como pediatría, clínica médica y endocrinología, donde la detección temprana puede marcar la diferencia.
A su vez, la demanda espontánea gana terreno. “Antes, si tenías una duda sobre tu salud, debías esperar días o incluso semanas para conseguir un turno. Ahora, con solo unos clics, podés hablar con un profesional en cuestión de minutos”, agrega Ariel Dosoretz, cofundador de Briut Salud. Esta inmediatez no solo mejora la calidad de vida, sino que también reduce el estrés asociado a la burocracia sanitaria.
Democratizar el acceso a la salud
La telemedicina no es solo una herramienta para zonas rurales o alejadas. En grandes ciudades, donde los hospitales y consultorios viven colapsados, las plataformas digitales ofrecen una alternativa eficiente y flexible.
Un estudio de Oxford Economics revela que el 58% de los pacientes a nivel global optaría por servicios médicos virtuales si tuviera la opción, y que el 52% elegiría el formato digital incluso para consultas de rutina.
En ese contexto, Briut Salud se posiciona como una de las iniciativas más innovadoras en la Argentina. “Ampliamos el acceso a muchas personas que no pueden tener una consulta presencial porque no tienen tiempo, porque viven lejos o porque en su zona hay menos profesionales”, destaca Antonela Savoca Bentivegna, CMO de la compañía.
La plataforma, lanzada el 5 de mayo de 2023, ofrece una amplia gama de especialidades —desde nutrición y psicología hasta cardiología y dermatología— y también incluye terapias alternativas, un diferencial poco frecuente en los sistemas tradicionales. Además, permite elegir horarios extendidos y conocer de antemano los honorarios y credenciales de los profesionales, lo que favorece la transparencia y la confianza.
Otro punto clave es la interacción paciente-médico: los usuarios pueden calificar las consultas y acceder a los perfiles completos de los profesionales, fortaleciendo la relación y fomentando una comunidad médica más conectada.
Un futuro más conectado y accesible
Lejos de ser una tendencia pasajera, la telemedicina se consolida como parte estructural del sistema de salud moderno. Según la Asociación Médica Estadounidense, el 85% de los médicos considera que mejora la puntualidad de la atención, y el 75% afirma que les permite ofrecer servicios de igual o mejor calidad que en persona.
La evidencia científica lo respalda: estudios publicados en The Lancet y JAMA Internal Medicine demuestran que la telemedicina es tan eficaz como la atención presencial para tratar enfermedades crónicas e incluso trastornos mentales como la depresión.
En el marco del Mes Mundial de la Salud, que se celebra cada abril para conmemorar la fundación de la OMS, estas plataformas encarnan los principios de equidad y acceso universal. Como resume Víctor Dosoretz:
“La telemedicina no solo es una solución para emergencias, sino una herramienta que puede transformar la manera en que cuidamos nuestra salud a largo plazo.”
En definitiva, la salud digital ya no es una promesa del futuro: es una realidad en marcha. La posibilidad de acceder a atención médica de calidad, en cualquier momento y desde cualquier lugar, está redefiniendo la relación entre pacientes y profesionales, y marcando el rumbo hacia un sistema de salud más ágil, inclusivo y preventivo.
