Windows 11: tres cambios simples para recuperar el rendimiento de tu PC sin gastar un peso



Desde que Windows 11 se estableció como el sistema operativo principal para millones de equipos, la conversación ya no pasa solo por sus funciones nuevas, sino por cómo sacarle el máximo rendimiento a computadoras que empiezan a mostrar señales de fatiga. Y lo cierto es que, antes de pensar en comprar hardware nuevo o reinstalar todo el sistema, hay una serie de configuraciones internas que pueden marcar la diferencia en apenas unos minutos.


En equipos que llevan varios años en uso, la pérdida de fluidez suele notarse primero en el arranque, luego en la apertura de programas y finalmente en tareas básicas que antes no presentaban dificultad. Windows 11 ofrece tres ajustes clave que cualquier persona puede aplicar sin conocimientos técnicos y que suelen traducirse en una mejora sensible en el rendimiento diario.


  • 1. Evitar que el arranque se llene de aplicaciones innecesarias

Uno de los motivos más comunes detrás de un inicio lento es que demasiados programas se ejecutan de forma automática. Servicios como reproductores multimedia, plataformas de gaming o clientes de mensajería suelen estar configurados para abrirse desde el primer segundo, incluso cuando no los necesitamos.


Windows 11 permite revisar y desactivar estos procesos desde Configuración, en la sección Aplicaciones y luego en Inicio. Allí, con un simple interruptor, se puede impedir que herramientas como Steam, Spotify o Discord se activen solas cada vez que encendemos la PC. El mismo control está disponible desde el Administrador de tareas con la combinación Ctrl + Alt + Supr. Reducir esta lista casi siempre se traduce en un arranque más rápido y una carga inicial más liviana para el sistema.


  • 2. Liberar espacio automáticamente para evitar cuellos de botella

Cuando el disco se llena, cualquier sistema operativo pierde velocidad. Para evitarlo sin necesidad de estar limpiando archivos a mano, Windows 11 incluye el Sensor de almacenamiento. Esta función analiza periódicamente la unidad, detecta archivos temporales, cachés y restos de instalaciones anteriores, y los elimina de forma automática según la programación que configure el usuario.


La herramienta se activa desde Configuración, dentro de Sistema y Almacenamiento. Allí es posible elegir cada cuánto tiempo se ejecutará la limpieza y si también debe incluir archivos olvidados en la carpeta Descargas. Para quienes tienen unidades de menor capacidad o trabajan con archivos pesados, este ajuste puede convertirse en un aliado clave para mantener el sistema ordenado y estable.


  • 3. Activar el inicio rápido para reducir el tiempo de encendido

El tercer cambio está más escondido, pero suele ofrecer resultados inmediatos: el inicio rápido. Esta función guarda una imagen del estado del sistema al apagarlo, lo que permite que el siguiente arranque sea mucho más veloz, especialmente en equipos con discos duros tradicionales (HDD), donde cada segundo importa más.


El ajuste se habilita desde el Panel de control, dentro de Hardware y sonido, en Opciones de energía. Allí es necesario ingresar al menú de los botones de inicio y apagado y habilitar el inicio rápido. No obstante, Microsoft advierte que en sistemas con arranque dual —por ejemplo, combinaciones con Linux— puede generar conflictos, por lo que conviene desactivarlo si aparecen problemas de compatibilidad.


Una diferencia que se nota incluso en equipos antiguos

Aunque ninguno de estos ajustes es nuevo, lo llamativo es que siguen siendo desconocidos para gran parte de los usuarios, pese a que su impacto puede ser inmediato. Y en un contexto donde la transición desde Windows 10 a Windows 11 está obligando a revisar configuraciones y hábitos, estos pequeños cambios permiten extender la vida útil de computadoras que todavía pueden ofrecer una experiencia fluida.


Optimizar el sistema operativo no reemplaza al hardware, pero sí ayuda a recuperar rendimiento sin inversión adicional. Para quienes sienten que su PC ya no responde como antes, estas tres configuraciones pueden ser el primer paso para volver a un funcionamiento más ágil.

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