Crecen los fraudes digitales en Argentina: las fintech y bancos apuestan por IA y biometría para frenarlos

 

La transformación digital ha redefinido el panorama de la industria financiera en Argentina, especialmente en el sector de crédito, en un contexto donde la morosidad ha crecido en los últimos meses. Sin embargo, este cambio no solo trae eficiencia: también expone a las entidades y a sus clientes a un aumento sostenido de los ciberdelitos.


De acuerdo con el último informe anual de la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (UFECI), la cantidad de reportes por delitos informáticos tuvo un incremento interanual del 21,1%. Entre las maniobras más comunes figuran el fraude en línea, la usurpación de identidad, el acceso ilegítimo a sistemas y el phishing.


Un escenario que exige mayor ciberseguridad

En este contexto, las empresas del ecosistema financiero se enfrentan al desafío de fortalecer sus estrategias de seguridad de la información, ya que el fraude digital evoluciona con la misma rapidez con la que lo hacen las tecnologías de crédito y los canales online.


Entre las herramientas que están ganando protagonismo se encuentran los sistemas de detección de deepfakes, la validación de identidad digital y la automatización de procesos con altos estándares de seguridad. Estas tecnologías se convierten en piezas clave para elevar las barreras ante los ciberfraudes y proteger tanto a los usuarios como a las entidades.


Tecnología para validar identidades reales

En las solicitudes de crédito, los sistemas de validación avanzados son esenciales. Las soluciones más sofisticadas incorporan análisis biométrico en vivo (liveness detection), comparaciones multifactoriales y monitoreo de patrones de comportamiento.


Estas herramientas, integradas dentro de un motor de decisiones de segunda generación, permiten reforzar la evaluación crediticia y detectar posibles identidades sintéticas, es decir, aquellas creadas a partir de datos reales combinados con información falsa o generada por IA.


“Si a la hora de aprobar o rechazar un crédito una empresa cuenta con tecnología capaz de contrastar información en tiempo real, puede detectar anomalías a tiempo y bloquear fraudes. Además, el uso de criptografía, autenticación multifactor y monitoreo continuo ayudan a prevenir suplantaciones y accesos no autorizados”, afirma Alberto Teszkiewicz, coordinador de investigación y desarrollo de SIISA, empresa especializada en tecnología para el crédito y buró.


La IA como aliada del sistema financiero

La inteligencia artificial se ha convertido en una herramienta indispensable en la lucha contra el fraude digital. Los modelos de detección de deepfakes utilizan algoritmos de aprendizaje automático capaces de identificar detalles invisibles para el ojo humano, como microexpresiones faciales o inconsistencias en la iluminación de un video o fotografía.


Estas capacidades permiten validar la autenticidad de documentos y rostros en procesos de onboarding digital, reduciendo significativamente los riesgos de suplantación de identidad.


Seguridad y confianza, la dupla del crecimiento

Las empresas que logren equilibrar seguridad robusta con una experiencia de usuario fluida serán las que consoliden la confianza de sus clientes en el largo plazo. La clave está en que la seguridad no sea un obstáculo, sino una capa invisible que proteja tanto a las personas como al negocio.


“La confianza en los aliados tecnológicos es crucial. No basta con que una entidad financiera implemente sistemas de seguridad si sus socios tecnológicos no lo hacen. Elegir proveedores que cumplan con estándares internacionales de protección de datos es esencial para mitigar riesgos de fraude digital. En este nuevo escenario, la seguridad es una inversión estratégica y un factor indispensable para el crecimiento sostenible de la industria”, concluye Teszkiewicz.

Artículo Anterior Artículo Siguiente