En 2025, el control remoto cumple 70 años. Aunque hoy es un objeto cotidiano que pasa desapercibido, su aparición en 1955 marcó un antes y un después en la historia del entretenimiento doméstico y en nuestra relación con los dispositivos.
El nacimiento del primer mando inalámbrico
El primer control remoto sin cables fue creado en 1955 por Eugene Polley, ingeniero de la empresa Zenith Electronics. Se llamó Flash-Matic, y fue el primer dispositivo capaz de controlar un televisor a distancia sin necesidad de cables.
El Flash-Matic tenía forma de pistola o linterna, y emitía un rayo de luz visible hacia unas células fotoeléctricas colocadas en las esquinas del televisor. Cada célula correspondía a una función diferente: cambiar de canal, bajar el volumen, apagar o encender el aparato. Sin embargo, el sistema era muy sensible a la luz ambiental: la exposición al sol o a una lámpara podía hacer que el televisor cambiara de canal por error.
Pese a esas limitaciones, el invento de Polley sentó las bases del mando remoto tal como lo conocemos hoy. En 1997, recibió un premio Emmy por su aporte a la televisión moderna. Polley falleció en 2012, a los 96 años, dejando un legado que sigue presente en cada hogar.
De la luz al ultrasonido (y al infrarrojo)
Solo un año después, en 1956, Robert Adler, también ingeniero de Zenith, desarrolló una versión más avanzada: el Space Command. Este modelo reemplazó la luz por ultrasonido. Cada botón hacía vibrar una pequeña varilla metálica que emitía un tono inaudible para el oído humano, pero detectable por el televisor. El sistema no requería baterías y eliminaba las interferencias del Flash-Matic.
Durante las décadas de 1960 y 1970, el control por ultrasonido se convirtió en un estándar. Luego, en los años 80, llegó la tecnología infrarroja (IR), mucho más precisa, barata y con mayor alcance. Desde entonces, el mando a distancia se consolidó como una herramienta indispensable no solo para televisores, sino también para reproductores de video, equipos de audio, aires acondicionados, consolas y otros dispositivos del hogar.
Un invento que cambió los hábitos del mundo
El control remoto transformó no solo la forma de usar la televisión, sino también la manera en que entendemos la comodidad y el control tecnológico. Popularizó gestos que hoy damos por naturales —como “hacer zapping” o ajustar el volumen desde el sillón—, y anticipó la relación que tendríamos con los asistentes de voz y las apps que hoy controlan todo, desde luces hasta electrodomésticos.
En sus distintas etapas, el mando evolucionó de luz visible a ultrasonido, luego a infrarrojo y, más recientemente, a Bluetooth, Wi-Fi y control por voz. Su principio original, sin embargo, sigue siendo el mismo: facilitar la interacción humana con la tecnología.
Siete décadas de historia, un clic que lo cambió todo
Setenta años después de aquel primer destello de luz del Flash-Matic, el control remoto sigue siendo símbolo de innovación y comodidad. Lo que empezó como una curiosidad técnica en 1955 hoy representa un puente entre generaciones de usuarios y dispositivos, un pequeño invento que cambió para siempre la forma en que encendemos el mundo.