Black Friday bajo amenaza: aumentan las compras online pero también crece el cibercrimen



Cada año, el Black Friday impulsa ventas récord en América Latina. Y cada año, también, se convierte en un imán para el cibercrimen. El incremento sostenido del comercio electrónico en la región no solo genera oportunidades para los retailers: también amplía el terreno de ataque para grupos que buscan explotar vulnerabilidades en las API que conectan plataformas, sistemas de pago, inventarios y servicios logísticos.


El escenario aparece claramente en un conjunto de datos que adelanta cómo será la temporada 2025: latinoamérica atraviesa un ciclo de expansión del consumo, y eso se traduce en más transacciones online, más volumen financiero y más incentivos para los atacantes. Con ese contexto, los incidentes de seguridad vinculados a APIs ya no son excepciones: son un riesgo estructural.


Un mercado en crecimiento y un blanco cada vez más atractivo

De acuerdo con Euromonitor, las ventas minoristas totales en América Latina crecerán a una tasa anual compuesta del 6% entre 2024 y 2028, impulsadas por una transición acelerada hacia lo digital. En ese mismo período, las ventas online crecerán a un ritmo mucho mayor (11%), frente al 5% de las ventas tradicionales. La participación del comercio electrónico pasará del 12,3% en 2023 al 15,9% en 2028.


La región ya mueve cifras considerables: Brasil y México concentraron dos tercios del e-commerce en 2023, seguidos de Argentina (9%), Chile (6%), Colombia (6%) y Perú (3%). En conjunto, representan más de 110.000 millones de dólares en ventas minoristas online.


Este crecimiento es una oportunidad… pero también es una señal para los ciberdelincuentes. A mayor volumen, mayor recompensa potencial.


Ciberdelincuentes al acecho: ataques más rápidos, amplios y sofisticados

Oswaldo Palacios, experto en ciberseguridad de Akamai para Latinoamérica, explica que el Black Friday es uno de los momentos preferidos por los atacantes. El motivo es simple: las tiendas online operan al límite de su capacidad y cualquier distracción, retraso o sistema sin parchear incrementa el riesgo.


En ese contexto, los ataques a API están creciendo tanto en alcance como en escala y sofisticación. La presencia de bots impulsados por inteligencia artificial generativa dificulta aún más la defensa: pueden modificar patrones en tiempo real y esquivar herramientas de seguridad tradicionales.


Los objetivos se repiten año tras año: robo de tarjetas de crédito, desvío de fondos de programas de fidelización, credential stuffing y explotación de API mal configuradas o sin monitoreo activo.


Las API: fundamentales para el negocio, críticas para la seguridad

El auge de las API se explica por su rol central en el comercio digital moderno: permiten sincronizar inventarios, gestionar pagos, unificar envíos, personalizar recomendaciones y conectar sistemas de múltiples proveedores.


Pero ese mismo protagonismo las vuelve un punto vulnerable. El Estudio sobre el impacto de la seguridad de API 2024 de Akamai lo confirma:

  • 68% de las empresas del sector retail y e-commerce sufrió un incidente de seguridad vinculado a APIs en los últimos 12 meses.
  • El costo promedio por incidente asciende a 526.531 dólares.
  • Proteger APIs y defenderse de ataques apoyados en IA generativa son las máximas prioridades de seguridad para los próximos 12 meses.

Un dato del informe Gartner Market Guide for API Protection refuerza esta alerta: un ataque a una API puede filtrar diez veces más datos sensibles que cualquier otro tipo de brecha. Esa disparidad explica por qué la norma PCI DSS v4.0 incorporó requisitos específicos sobre seguridad de API y gestión de datos compartidos con socios y proveedores.


Lo que viene: cómo prepararse para una temporada crítica

De cara al Black Friday, Palacios advierte que los comercios no deberían confiar en que los incidentes “ocurren en otros lados”: la presión operativa, el incremento del tráfico y el uso intensivo de sistemas externos convierten a esta fecha en un escenario ideal para filtraciones y sabotajes.


Para mitigar riesgos, la recomendación es combinar medidas técnicas y procesos de control continuo. Entre ellas:

  • Autenticación robusta: implementar OAuth y MFA para limitar el acceso solo a usuarios autorizados.
  • Monitoreo constante del tráfico de API: detectar comportamientos anómalos incluso si parecen legítimos.
  • Evaluación de vulnerabilidades antes de la puesta en producción: asegurar el ciclo de vida de la API desde su inicio.
  • Validación estricta de datos de entrada: evitar inyecciones SQL y exposiciones involuntarias.
  • Auditorías y pruebas periódicas: identificar fallas antes de que los atacantes las encuentren.
  • Soluciones de gestión y gateways de API: centralizar las políticas de seguridad y reforzar el control.

Akamai concluye que la mejor defensa incluye herramientas capaces de detectar debilidades de autenticación, neutralizar bots automatizados y emitir alertas tempranas sobre intentos de explotación.


Un Black Friday decisivo

El panorama para 2025 es claro: las ventas online seguirán subiendo, pero también lo hará el riesgo. Las API son el corazón del comercio electrónico y, al mismo tiempo, uno de sus puntos más sensibles. En una temporada donde cada minuto cuenta y los sistemas están al límite, proteger la infraestructura digital será tan importante como atraer clientes.

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